Tecura 4.0, 2005/08
Evru
Net.art
El desarrollo actual de las neurociencias da especial relevancia al papel de lo orgánico, a su materialidad, como fundamento de todo conocer. El dualismo cartesiano que antaño ordenaba lo real bajo el prisma de la separación entre cuerpo y mente, y que en su desmaterialización de la mente promovía la equivalencia entre cerebro y máquina de cálculo, parece estar cada vez más en desuso aunque continúe instalado en el imaginario popular.
El papel del cuerpo, lo orgánico, la materialidad, los procesos biológicos que articulan las redes en las que nos movemos hoy toma renovada importancia, y sus modelos de funcionamiento se exportan a todo tipo de ámbitos a la búsqueda de soluciones de situaciones en las que se necesita de la autoorganización para la resolución de problemas de sobresaturación o gran complejidad.
En este contexto Evru desarrolla su particular método de arciemist (arte, ciencia y mística aunadas) otorgando estatuto preferente a lo orgánico, con sus iconos, el ojo y el cerebro, como centro de sus preocupaciones. El organismo corporal se retroalimenta insertado en redes que interconexionan todo con todo, y el cuerpo deviene traductor directo de la mente. En esa interconexión de iconos de todo tipo, Evru incorpora las tecnologías digitales para explorar el potencial articulador y amplificador de las redes y los atributos asociados a las ciencias de computación.
En Tecura, Evru se expande a sí mismo convirtiéndose en meta-artista, conectándose simbióticamente con el usuario, que puede alterar, modificar, ampliar los elementos puestos previamente a disposición por el artista. Una aplicación interactiva para la creación visual y sonora en Red, generada a partir del propio lenguaje del artista, que pone al alcance de los usuarios un banco de imágenes y sonidos sobre los que realizar sus propias creaciones.
De esta forma el autor queda descentrado de sí mismo convocando a un arte no exclusivo de artistas sino para todos, y derivando de esta manera hacia el trabajo en red. Tecura es a su vez un programa para curar, para sanar mediante la praxis artística que no pasa por la articulación racional de lenguajes sino a través del juego con la suma de locuras y alucinaciones que emergen de la realidad misma.